Resumen
Los deberes hechos
El miedo en el cuerpo y la confianza de que se puede. Sí se puede, gritaba la afición parleña en el campo de La Mina la semana pasada y los jugadores lo tienen grabado a fuego. Me decía un aficionado, “hemos sufrido, pero esto antes lo perdíamos”. Puede ser un resumen de esta jornada. La suma de los tres puntos te permite continuar en la brecha como decía El Último de la Fila en su famosa “Insurrección”.
Había que ir a por el partido y se empezó con mucha tensión por ambas partes. Había respeto y miedo, pero ya sabemos que ese es el comienzo de cualquier aventura. Chica abría el melón, cruzando el balón en el área al que no llegaba Monzón para empujarla en el segundo palo. Y poco después, saque de córner, que juegan en corto para que le llegue el balón a Arce, que la pone en el área chica y Manzano cabecea al fondo de la red. Buen gol del centrocampista que suma dos chicharros en dos jornadas cruciales para el equipo.
El partido se aplanó y hubo poco que reseñar en los lances centrales de la primera parte. Un remate a manos de Sito por parte de los tricantinos sin mayor peligro y un cabezazo de Monzón, que si hizo levantarse al público, cuando lo estrelló en el larguero. Corría el minuto treinta y ocho y pudimos dar la primera mitad por sentenciada.
A la vuelta del descanso, subieron los amperios, aunque la intensidad no daba nada más allá de luchas constantes por cualquier balón y juego poco fluido El Parla decidió esperar al contragolpe sabiendo de su superioridad en el marcador. El público sufría tanto como los jugadores y aquello no se acababa. Como pasa siempre, el final fue de mayor ahogo, los nervios y la urgencia empujaron al Tres Cantos, que ha tenido una liga tranquila y se le ha complicado en las últimas semanas.
Rozando el minuto noventa, en una contra rápida el delantero visitante encaraba solo a Sito y Monzón apareció como ángel salvador para empujar el balón a córner. Incremento generalizado de las pulsaciones y búsqueda brusca de papel por si había que salir corriendo. Ser del Parla es un deporte de riesgo.
Apareció Michael en el noventa y tres con un tiro seco y rápido que pegó en el palo. No quería la pelota dar tranquilidad a Los Prados. El final llegaría con una última oportunidad de los visitantes que cruzaron el balón y lamió el palo para dejar claro que la victoria no iba a llegar sin sudar la última gota.
Final del partido y fiesta de los jugadores con la afición. Sonó “La Potra”, esta vez en la puerta de las oficinas para hacer participes de la fiesta a todos los feligreses de la causa parleña.
No sabemos si llegaremos a la orilla, pero lo que no podrá nadie discutirnos, es que si alguien se lo merece es este Parla, que empezó sin flotador y se ha revuelto para hacer una temporada más que digna. Seguimos agarrados al clavo ardiendo, el que se suelte, se ahoga. Nos vemos en Leganés.
¡BUENA SEMANA!